El reciente anuncio de que Terra vuelve a España, importando a nuestro país el exitoso modelo desarrollado en América Latina, es todo un símbolo de nuevos tiempos. Hace una década eran las empresas periodísticas españolas las que, a través de alianzas empresariales y compras de medios, apuntaban hacia el continente americano para expandir allí sus boyantes negocios. Hoy, perdida aquella pujanza económica y editorial, es España la que comienza a verse colonizada por franquicias internacionales. El reciente lanzamiento de El Huffington Post, rodeado de no poca polémica, ofrece sin ir más lejos otro ejemplo de esta tendencia.
Estos días estoy observando de cerca la situación del mercado periodístico en Brasil. Frente al pesimismo que impera en la industria periodística de Estados Unidos y Europa, la fortaleza y empuje de las empresas editoras brasileñas es apabullante. Impulsadas por una economía emergente y con la expectativa próxima de grandes eventos deportivos –el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016- que colocarán definitivamente a este país en la primera división mundial, las empresas periodísticas brasileñas viven una época de agitación y apuesta por el futuro. En Brasil, nadie habla de la muerte de la prensa: en 2011 la difusión de los diarios -sí, sí, los de papel- creció un 3,5%.
De momento, las dimensiones continentales de este país, el quinto mayor del mundo tanto por extensión geográfica como por población (192 millones de habitantes), permite a las empresas periodísticas brasileñas concentrarse apenas en su propio territorio nacional. Tienen mercado de sobra. Sin embargo, no descarten que en los próximos tiempos esas empresas pongan el punto de mira también en otros mercados periodísticos. Músculo financiero no les falta, precisamente.
¿Cuáles son esas grandes empresas periodísticas de Brasil sobre las que deberíamos estar atentos?
En primer lugar, es obligado referirse a un coloso llamado Organizações Globo, el mayor grupo mediático de toda América Latina. Su propiedad está distribuida actualmente entre varios descendientes de Irineu Marinho, fundador de la empresa en 1925. Hoy día, este conglomerado de la familia Marinho, con sede en Río de Janeiro, es líder en todo tipo de medios: televisión (Rede Globo), diarios (posee varios, pero destaca especialmente el carioca* O Globo; vean, por ejemplo, su innovadora edición vespertina para tabletas «O Globo A Mais» [vídeo]), revistas (a través de Editora Globo publica más de veinte cabeceras, entre las que sobresale el influyente semanario Época), radio y, por supuesto, internet (Globo.com). En concreto, su portal de noticias G1, lanzado en 2006, se ha convertido rápidamente en referente indiscutible de la información periodística brasileña en internet.
Sao Paulo, corazón financiero e industrial del país, acoge a otros gigantes de la comunicación: sobresalen los grupos Estado, Folha y Abril. El primero edita el prestigioso diario O Estado de S. Paulo, así como el vespertino Jornal da Tarde, y cuenta además con una potente presencia en radio, internet y, especialmente, en la información para medios y empresas a través de Agencia Estado. Por su parte, el Grupo Folha edita el otro gran diario paulista, Folha de S. Paulo; al amparo de ese diario en las últimas décadas ha ido creando otros medios pujantes, entre los que destaca especialmente el exitoso y potente portal Universo Online (UOL), lanzado a mediados de los años 1990. Finalmente, el Grupo Abril destaca sobre todo como editor de revistas, aunque también tiene presencia en otros mercados periodísticos. Su división Editora Abril publica medio centenar de revistas, alguna de ellas con una difusión e influencia enormes, como ocurre especialmente con el semanario Veja.
Al margen de las dos grandes ciudades, en los demás estados de Brasil existen otros grupos periodísticos regionales cuyo volumen y pujanza serían la envidia hoy día de buena parte de sus homólogos en Europa. En el sur del país, destaca el Grupo RBS, cuya estrategia de diversificación multiplataforma bien podría usarse como modelo de estudio por parte de muchos diarios regionales europeos. Para muestra, un botón: no se pierda el reportaje «Filho da Rua» publicado -¡en 16 páginas!- este fin de semana por Zero Hora, principal diario del Grupo en Porto Alegre. Periodismo de muchos quilates.
En la zona meridional del país, concretamente en la ciudad de Curitiba (Paraná), está exitosamente asentado el grupo GRPCOM, con un modelo similar al de RBS. Y ya más al norte, por ejemplo el Grupo Diários Associadosposee periódicos, emisoras de televisión y radio, y portales de internet en algunos de los estados y ciudades económicamente más vigorosos.
El panorama general es, en fin, el de una industria periodística innovadora, vibrante y esperanzada. Sin miedo a los desafíos del siglo XXI. Nada que ver con lo que tenemos en Europa. Qué envidia.
* En España, mucha gente llama erróneamente “cariocas” a todos los brasileños. El error es especialmente común entre los periodistas deportivos, que denominan con ese apelativo a todo futbolista brasileño, ya venga de la amazónica Manaos o de la gaucha Porto Alegre. Sepa que ese error sienta a los brasileños igual que a uno de Palafrugell cuando, de viaje en Argentina, le llaman “gallego”. No cometa esa confusión: solo son cariocas los de Río de Janeiro.[Publicado originalmente en Blog de comunicación – UNIR]
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