Según un conocido refrán periodístico, el diario de hoy sirve para envolver el pescado de mañana. La vida útil de las noticias en el mundo impreso se agota apenas en un día; después se convierten en puro desperdicio. ¿Y las noticias en internet?
Un equipo investigador de la Universidad de Notre Dame, bajo la dirección del físico Albert-László Barabási, ha publicado un estudio según el cual la vida media de una publicación de internet es de 36 horas. Ese es el tiempo que tarda de media en alcanzar una noticia la mitad de todas sus visitas en un cibermedio, incluidas las que obtendrá semanas, meses o años después de su publicación, mediante buscadores y la hemeroteca. Día y medio, eso es todo.
¿Y eso es mucho o poco tiempo? Si usted piensa que es poco tiempo, probablemente no sea periodista. Pregúntele si no a un periodista de prensa, radio o televisión cuánto sobreviven sus noticias. Le dirá que apenas unas horas, un día a lo sumo. Por eso, frente a la aparente fugacidad que se suele asignar al medio digital, no deja de ser una paradoja propia de los nuevos tiempos que sea precisamente este medio sin soporte físico allí donde las noticias alcanzan mayor longevidad.
Por cierto, un detalle curioso: el estudio del equipo de Barabási –autor, entre otras obras, de un libro de referencia sobre dinámica de redes como The Structure and Dynamics of Networks— data en realidad de mayo de 2005 [véase: PDF]. Sin embargo, por alguna escondida razón periodística sólo se ha convertido en noticia en estos últimos días. Se ve que la vida útil de la investigación científica es mucho más duradera que la del periodismo. 😉
Más:
- – Dynamics of information access on the web, por Z. Dezso, E. Almaas, A. Lukács, B. Rácz, I. Szakadát & A.-L. Barabási (2006), Physical Review E, 73.
– News Online Seems to Have Long Shelf Life (The New York Times, 17/07/2006)
Qué lindo enfoque… Las noticias son tan efímeras que bien haríamos los medios en tener una sección permanente «Suguiento la pista» -como la de la revista América Economía-; ahí nos encontraríamos con tantas «primicias» muertas que nos harían ser más prudentes en el futuro. O no.
Muy bueno el apunte. Pero tiene otra lectura: el fundador de Technorati advirtió hace no mucho, que lo que colgamos en la red, «se queda» ahí.
Un ejemplo. Agarra cualquier página web, y métela en Archive.org. Queda todo.
Saludos
El Tempus Fugit de la información periodística
Para los medios de comunicación la revolución “on line” les esta suponiendo una gran ventaja, por su inmediatez y accesibilidad para los lectores. En la web han encontrado la manera de comunicarles las “últimas horas” producidas en el día a día, el lugar dónde almacenar todas sus publicaciones con un menor coste y dónde el lector puede indagar sobre los aspectos que más le interesan de una noticia o una manera de intercomunicarse con diversos medios de comunicación, entre otros. Tal y como María Bella Palomo Torres expone en su libro, El perodista on line, en Internet “Además de incrementar la velocidad de la información, se potencia la interacción directa con los lectores, quienes además de contactar directamente con el medio y las fuentes primarias de un modo más flexible, con un clic pueden acceder a históricos y se enriquece el concepto de contextualización de la noticia”.
Pero toda cara tiene su cruz, y en este caso el problema radica en que toda noticia se ve reemplazada por otros acontecimientos más recientes y quizás más importantes, quedándose de este modo aislada y dejando de ser tema de conversación. Las noticias poseen un ciclo de vida muy corto, muchas se gestan con el rumor, nacen con el acontecimiento del suceso, crecen al contrastar los datos, maduran con su difusión y mueren al pasar al olvido. Por desgracia todo lo que no suscite una gran polémica queda apartado. Últimamente está ocurriendo con Internet lo mismo que sucedió a partir de los años cincuenta con la caja tonta, “lo que no aparece en tele no existe”, sólo que ahora esta cita tan usada por muchos autores, se aplica a este medio de información instantánea.
Alba Castilla Chacón