Veinte años lleva la revolución digital dando la vuelta a los medios de comunicación tradicionales. Primero fueron los medios impresos. Desde el 2005 los audiovisuales se han dado cuenta de la envergadura del impacto en sus estructuras. Ramón Salaverría (Burgos, 1970) profesor de Periodismo en la Universidad de Navarra, estuvo ayer en la CRTVG para dar las claves a sus trabajadores sobre el proceso de digitalización que acomete el ente.
-Hace años la pregunta era si el papel tenía futuro. Hoy la pregunta es si la televisión tiene futuro.
-Me parece que no estamos asistiendo a la desaparición de unos medios como a la cesión de su liderazgo en favor de las plataformas emergentes, pero no necesariamente van a desaparecer. En el caso de la CRTVG, que tiene un componente de servicio público y de información local, tienen muy difícil competencia los operadores globales. Creo que es por ahí por donde van a tener que buscar la forma de proyectarse hacia el futuro: no dar la espalda al cambio tecnológico ni renunciar a su identidad, pero sacar provecho de la información cercana con un uso creativo de las nuevas tecnologías.
-El modelo también pasa por los medios sociales y el denominado «periodismo ciudadano». ¿La profesión está en crisis?
-Siempre he sido muy crítico con esa idea de supuesto periodismo ciudadano, porque el periodismo es un seguimiento consecutivo y deliberado de la información, no es una agregación de encuentros con ella. Eso es una materia prima a partir de la que se puede hacer verdadero periodismo, que es explicar por qué ha ocurrido eso, por qué allí, por qué ahora, qué consecuencias tiene… Eso no lo cubren los periodistas ciudadanos, que son fuentes.
-Pero la verdad, a veces, choca con la inmediatez.
-El periodismo siempre ha lidiado contra el reloj. Las nuevas tecnologías nos permiten hacer las cosas de manera instantánea y los protocolos de prudencia profesional para no comprometer la credibilidad de tu medio son mucho más exigentes. Pero también disponemos de herramientas mejores para certificar la información.
-¿Hay que aprender a trabajar de otra manera?
-Los periodistas deben saber adaptarse con enorme flexibilidad a las tecnologías pero ser inflexibles con el respeto a los valores profesionales. Los medios que están consiguiendo triunfar en el escenario digital son los que respetan a rajatabla sus valores clásicos pero buscan el cambio tecnológico e innovar.
-Facebook ha anunciado que va a luchar contra las «fake news» y los bulos. ¿La situación es grave?
-No es la primera vez que Facebook lo anuncia y no lo consigue. Para un medio lo esencial es la credibilidad de lo que transmite, pero para Facebook no es la credibilidad de lo que se comunica, sino las interacciones. Hasta ahora le ha dado lo mismo que intercambiásemos verdades o mentiras. Soy bastante receloso respecto a esos anuncios.
-Y sin embargo, nos informamos a través de las redes sociales.
-Esto tiene enormes peligros. Primero, que la dieta informativa esté contaminada por muchas mentiras y en el periodismo lo fundamental es trabajar con la verdad. Y la dieta atiende a los gustos del usuario, que nunca se ve desafiado por ideas distintas y planteamientos divergentes con su modelo de vida.
Publicado en:
- Ramón Salaverría: «El periodismo debe ser flexible en la tecnología e inflexible en sus valores», La Voz de Galicia (A Coruña), 8 junio 2017.
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