Internet se convierte en la primera fuente informativa para los periodistas
La consultora de comunicación Hopscotch acaba de publicar su primer «Barómetro internacional sobre los medios y las nuevas tecnologías». Los resultados de este estudio, llevado a cabo el pasado febrero mediante encuestas a 418 periodistas de varios medios y países (incluido España), revelan un dato fundamental: la web es ya la primera fuente de investigación para los periodistas de los países occidentales (véase la presentación de diapositivas con todos los datos, en francés; también Baquía ha publicado un breve resumen, en español).
Según este estudio, hoy día usan Internet para su trabajo siete de cada diez periodistas. De ellos, un 40% lo hacía ya en 1995, y tres de cada cuatro tienen al menos cinco años de experiencia en la Red. Como cabría suponer, a mediados del pasado decenio fueron los periodistas que trabajaban para medios con contenidos sobre tecnología y para medios digitales los primeros en incorporar este uso habitual.
El 41,7% de estos periodistas afirma emplear Internet como su principal fuente informativa, lo cual deja en puestos secundarios a otras formas tradicionales de investigación como acudir a la red personal de contactos (35,4%) o a otros medios de comunicación (22,9%). Según este estudio, los periodistas emplean la Red básicamente para obtener documentación sobre asuntos precisos, recuperar artículos ya publicados, obtener ideas para reportajes y acceder a comunicados de prensa e informes.
El estudio analiza otros aspectos como los modos de uso de los diversos servicios de Red (navegación, correo, charlas simultáneas, etc.), y también recoge algunas opiniones de los periodistas sobre el impacto que han causado estas nuevas tecnologías en su trabajo cotidiano. El sentir mayoritario de estas opiniones es que Internet ha producido un impacto positivo en el trabajo periodístico, pues ha permitido mejorar la calidad de las informaciones.
Desde una perspectiva hispana, parece aventurado sostener que estos datos internacionales puedan extrapolarse tal cual al caso español. Bien parece que en las redacciones hispanas la penetración y el uso de la red como fuente informativa siguen todavía a la zaga de otros países occidentales, particularmente en los medios de ámbito local y regional que conforman la gran mayoría de nuestro panorama mediático.
Por otra parte, los resultados de este estudio también deben invitar a una urgente reflexión profesional y académica. ¿En qué medida está afectando esta traslación de las fuentes informativas del mundo real al virtual a los mecanismos de verificación de las noticias? ¿Saben los periodistas contrastar adecuadamente la información que obtienen de la Red? ¿Cuál es la formación específica que han obtenido para ello? ¿El uso creciente de la Red como fuente informativa puede llevar a que los periodistas se olviden de los problemas del mundo real? ¿Acaso esta tendencia no tendrá también (o, más aún, sobre todo) un sustrato económico, pues no olvidemos que es más barato y rápido obtener información de la Red que salir a buscarla a la calle? Demasiadas preguntas sin respuesta…