Los editores de diarios siguen dando la espalda a Internet
La prensa española se hace eco hoy de la presentación por parte de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) de su Libro Blanco de la Prensa Diaria. El tratamiento de la información por parte de los diarios españoles es sorprendentemente dispar: mientras ABC titula «La crisis publicitaria en prensa, la más grave desde la II Guerra Mundial», Diario de Burgos no tiene empacho en encabezar su noticia con un triunfalista «La prensa española ha salido reforzada en la última década». Como tantas veces, bien parece que la realidad debe de situarse en un lugar intermedio entre esos dos extremos. En esa línea más moderada, El País sostiene que «Los editores alertan del ‘bache’ por el que atraviesa la prensa».
El caso es que ese nuevo Libro Blanco dedica un capítulo específico a la «prensa electrónica». Según la información de El País, «la AEDE sostiene que Internet es un freno a la lectura de la prensa diaria, factor que ha conducido a ‘estudiar’ la posibilidad de cobrar por este servicio. La prensa digital ha pasado de 17 títulos en 1999 a 28 a finales de 2000. Pese a este crecimiento, ‘cada vez está más claro que la prensa digital es complementaria a la de papel y no sustitutiva, como en un principio se pensó que pudiera ser’, dice el informe».
Con independencia de que los datos sobre el número de títulos son claramente incorrectos (desde finales de 2000, el número de ediciones digitales de diarios impresos en España bordea el centenar; véase el listado de diarios en e-periodistas.com), estas valoraciones de la AEDE muestran que entre los editores de los diarios españoles pervive un prejuicio negativo respecto de la prensa en Internet. Los diarios digitales se observan como una amenaza para el negocio tradicional, en lugar de considerarlos como una oportunidad (la última, quizá) para recuperar a esos lectores jóvenes que tanto anhelan cautivar.
Bien parece que mientras los gestores de los diarios no entiendan el verdadero potencial de la Red y diseñen las estrategias para aprovecharlo, seguiremos escuchando estos cantos apocalípticos que sólo muestran una cosa: temor y desorientación.