Cómo sé si tienes madera de periodista

Pronto cumpliré veinte años como profesor de Periodismo. En este tiempo, me da vértigo decirlo, por mis clases han pasado varios miles de alumnos. A muchos de ellos les he perdido la pista, claro, pero a otros les sigo el rastro, gracias a que trabajan como periodistas aquí y allá.

Les confesaré un pequeño secreto: en muchos casos, intuí desde el primer momento quiénes entre ellos terminarían siendo excelentes periodistas.

Por supuesto, ha habido casos en los que mi olfato erró. Jóvenes que en su día no despertaron mi atención se han destapado posteriormente como formidables profesionales en los medios. Sin embargo, no recuerdo haber errado nunca en el sentido contrario. Quiero decir que ninguno de aquellos sobre los que me dije -«¡este tiene madera de periodista!»- me ha defraudado posteriormente. No daré nombres, por supuesto, pero le aseguro que algunos de los periodistas que usted lee, escucha o ve a diario forman parte de esta lista íntima y personal.

Sí compartiré con usted mi truco para detectar a esos periodistas con futuro. En realidad, no resulta difícil. De hecho, muchos colegas profesores poseen esa misma perspicacia.

El futuro prometedor de un alumno tiene poco que ver con sus destrezas y sus conocimientos. La clave está en sus rasgos personales. Si un alumno los tiene, es un diamante en bruto.

¿Cómo sé si alguien tiene madera de periodista? Me fijo en estos diez rasgos:

  1. Compañero. Circula por ahí la idea de que, para triunfar, el periodista ha de ser un tipo solitario, competitivo, que mira solo por su propio interés. Mi experiencia es diametralmente opuesta: siempre he visto progresar a los más desprendidos y dispuestos a ayudar. No es raro que así ocurra en el periodismo: quien desde joven piensa en otros además de en sí mismo, cuando madure pensará también en lo que necesita el público.
  2. Humilde. Ciertos alumnos llegan a las aulas bastante pagados de sí mismos. Creciditos, le dicen ahora. Mi experiencia es que esos alumnos que creen saberlo todo del periodismo antes de haber pisado una Facultad -ni que decir de una sala de redacción- tienen poco futuro. En cambio, los jóvenes que encaran el aprendizaje con modestia y sencillez, aprenden más rápido y, casi siempre, mejor.
  3. Esforzado. Los periodistas con futuro se revelan muy especialmente por su espíritu de superación y sacrificio. Son jóvenes que no se amilanan ante la primera complicación, que buscan dar siempre más de lo estrictamente exigido, que meten cuantas horas hagan falta. Sin esa perseverancia y disposición al esfuerzo es imposible progresar en un oficio tan sacrificado como el periodismo.
  4. Curioso. Un joven que apunta a periodista tiene siempre los ojos abiertos. No solo ve, mira. No oye, escucha. Está siempre alerta y se interesa por todo lo que le rodea. Especialmente por las noticias, claro.
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  5. Audaz. Un periodista en potencia es alguien que rara vez dice «esto es imposible». Al contrario, su expresión más común es: «¿Por qué no lo intentamos?». Y ya se sabe: audaces fortuna iuvat.
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  6. Creativo. Cuando la mayoría de sus compañeros circula por un camino, el que se perfila como gran periodista suele tomar una travesía distinta. Puede incluso que tome la dirección contraria.  En cualquier caso, se caracteriza por una manera propia de ver el mundo, por una voz original.
  7. Participativo. El primero que levanta la mano para preguntar, el primero en ofrecerse voluntario para salir a la pizarra, el primero que manda un mensaje a un foro digital de alumnos… El futuro periodista siempre suele ser el primero en participar en lo que sea. Y si no es el primero en hablar, será el primero en aportar algo al que ya ha hablado.
  8. Puntual. Muchos alumnos suelen andar agobiados por la acumulación de tareas. La incapacidad para gestionar su tiempo les lleva en no pocas ocasiones a entregar los trabajos tarde y mal. Con frecuencia, les pilla el toro y estudian los manuales a partir de resúmenes escritos por otros. ¿Y quiénes son esos otros a quienes les llega el tiempo para todo? Ya lo ha adivinado.
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  9. Voraz. El periodista en potencia lee de todo: desde Guerra y paz hasta los prospectos de las medicinas. Todo le interesa, de todo extrae algún nuevo conocimiento. Cual esponja, absorbe toda la información que halla a su paso. Por eso lee, lee y lee.
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  10. Buena gente. Un gran maestro mío siempre dice que, para que un grupo funcione, debe estar formado por «gente normal». Con eso quiere decir que, para triunfar, no hacen falta cualidades extraordinarias ni brillanteces rutilantes; lo más importante es actuar con naturalidad y propiciar buen rollo en el entorno. Ser quien uno es y comportarse con respeto. En definitiva, esforzarse por ser buena gente. Seguro que me entiende.

[Publicado originalmente en Blog de comunicación – UNIR]

Un comentario sobre “Cómo sé si tienes madera de periodista

  1. Después de leer este post siento la necesidad de aprender a comunicarme eficientemente para divulgar el proyecto que estoy intentando sacar adelante.No tengo edad, ni tengo tiempo ya para dedicarlo a algo que sólo utilizaré en momentos puntuales,pues lo mio es el diseño, la creación y la artesanía; por ello quiero que conozca, tanto usted como sus lectores que para difundir mi proyecto voy a utilizar palabras, estructura y alguna expresión corta suya con el fin de animar a la gente a emprender y crear empresa de la nada y sin nada;pues en este momento es la única salida profesional.Humildemente,gracias por publicar este pots-Será muy útil par mí.

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