‘Le Monde’ hace examen de conciencia (o algo así)

Las sirenas de alarma para los diarios impresos comienzan a sonar con fuerza en Francia. La prensa diaria ha experimentado allí una caída de difusión del 17,8% en la última década. Tan sólo en 2005, esa caída ha alcanzado el 1,93%. Si en 1946 se vendían 360 periódicos por cada 1.000 franceses, hoy apenas se venden 140.

Como era de esperar, la caída en el número de lectores comienza a dejar víctimas en el camino (Le Matin de Paris, Le Quotidien de Paris, Infomatin y tantos otros han dejado de publicarse en los últimos años), o produce graves crisis económicas que lastran el futuro de los diarios, incluso el de las cabeceras más históricas (los casos más evidentes son los de Libération, Le Figaro y el propio Le Monde). La caída en la difusión también ha comportado una drástica reducción de los ingresos publicitarios totales de la prensa diaria: de 569 millones de euros en en 1990 a 373 en 2005 (un 45% menos).

A partir de estos datos, Le Monde publica hoy un amplio reportaje donde se supone que hace examen de conciencia y trata de encontrar las causas del declive de la prensa diaria en Francia. Su análisis le lleva a encontrar estas seis razones:

1) La desaparición de gran parte de los puntos de venta de periódicos en el país: de 33.540 quioscos en 1995, a 29.274 en 2005.

2) La frágil estructura financiera de las empresas editoras, que dificulta la adopción de medidas estratégicas de gran calado económico.

3) La subida de los precios de impresión. Estos costes, según Le Monde, son en Francia los más altos de toda Europa.

4) El pobre resultado de las subvenciones públicas recibidas por la prensa para promover la lectura de diarios. Esas subvenciones, que rondan los 800 millones de euros al año* en el quinquenio 2001-2006, se han destinado sobre todo a la modernización de maquinaria y a la compensación económica por despidos de trabajadores, pero «no han contribuido a bajar el precio de venta«.

5) La creciente competencia de los medios digitales. El tiempo dedicado a la lectura de diarios se situó en 2005 en torno a 30 minutos diarios, en tanto que la televisión acapara diariamente una media de 3 horas y 23 minutos de vida de los ciudadanos. Por otra parte, 27,2 millones de franceses mayores de 11 años son internautas, prácticamente uno de cada dos.

6) La carestía de la prensa francesa. De 1970 a 2002, el precio de venta de los diarios ha crecido a un ritmo que dobla el del índice de precios al consumo. Esta tendencia resulta especialmente peligrosa en un entorno donde emerge la competencia de la prensa gratuita.

En este análisis se echa en falta mucha más autocrítica. Los diarios -en Francia y en todas partes- llevan años buscando culpables de su declive fuera de sus empresas y redacciones: cuando no es la televisión, es internet; cuando no es la deficiencia del sistema educativo, es la falta de subvenciones públicas… Los culpables siempre son los demás. Ya va siendo hora de que reconozcan sus propios errores -alejamiento de los intereses reales del público, clientelismos políticos y económicos, falta de profesionalidad…- y traten de ponerles remedio.

Más:

5 comentarios sobre “‘Le Monde’ hace examen de conciencia (o algo así)

  1. hola, el artículo dice que el gobierno francés se ha gastado 800 millones, pero por año, desde el 2001 al 2006. o sea, 4.800 millones, TOMA SUBVENCIÓN

    Iván

  2. Tienes razón, Iván. He releído el artículo de Le Monde> y, en efecto, las subvenciones recibidas por los diarios franceses rondan los 800 millones de euros al año (!!!): «La presse bénéficie depuis longtemps de subventions, de l’ordre de 800 millions d’euros par an de 2001 à 2006, selon le Syndex«. Ahora mismo lo corrijo en mi nota.

    Si ya com 800 millones en seis años me parecía una barbaridad, esta nueva cifra, como bien apuntas, es un despropósito que linda con lo increíble. O con algo peor: con el puro «fondo de reptiles». Casi 5.000 millones de euros del erario público es demasiado dinero como para que los diarios puedan mantener una mínima independencia ante el poder.

  3. Gracias por tu análisis. El caso de «Le Monde» es un ejemplo de que los medios tradicionales deberán reinventarse para hacerse más competitivos en La Red. Pero parece que algunos se niegan a ver la realidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *